Ric Elias tenía un asiento en primera fila en el vuelo 1549, el avión que hizo un aterrizaje forzoso en el río Hudson en Nueva York en enero de 2009. ¿Qué pasó por su mente mientras el siniestrado avión caía? En TED, nos cuenta por primera vez en público su historia.
Terror. La vida se acababa. Y en esa situación Ric Elias aprendió 3 cosas esenciales que quiso compartir con nosotros:
Imagina una enorme explosión a 900 metros de altura. Todo se llena de humo, el motor que hace clac-clac-clac. Los asistentes de vuelo se miran nerviosos, pero descartan problemas graves: “Habremos golpeado algún ave”. Además, acababan de partir, ni siquiera estaban tan lejos, aún podían ver Manhattan. Dos minutos después, 3 cosas sucedían al mismo tiempo: el piloto se alineó con el río Hudson, apagó los motores dejando el avión en absoluto silencio, y finalmente dijo 3 palabras desilusionadas: “Brace for impact” (prepárense para el impacto).
Terror. La vida se acababa. Y en esa situación Ric Elias aprendió 3 cosas esenciales que quiso compartir con nosotros:
1. Todo cambia en un instante
Tenemos la falsa sensación de que todo es eterno e inamovible. A un nivel inconsciente creemos que viviremos para siempre. Y no se trata de que comencemos a vivir nuestra vida con pánico, sino de darnos verdadera cuenta de que el Ahora es la única promesa que podemos hacernos. Como ese momento sentado en tu bar favorito, ¿lo vivirías de un modo diferente si creyeras que no ibas a poder regresar? Tal vez tratarías de degustar esa cerveza, fijándote incluso en las gotitas de condensación que deja sobre la mesa. Si nunca más pudieras darle un abrazo a esa persona que quieres, tal vez le darías cuatro. Esa excursión al monte de pronto sería preciosa, respirarías el aire con más ganas, notarías el olor de los pinos, y como el sol calienta en ese preciso instante. No deberíamos necesitar fechas de caducidad para vivir con más ganas cada momento de nuestra vida.
2. No perder tiempo en cosas que no importan con gente que sí importa
¿Cuantas veces hemos tenido una bronca larga, llorosa y dramática con alguien que queremos para darnos cuenta de que el motivo nunca tuvo gran importancia? Esas veces que pasamos un rato horrible por una tontería, porque hicimos un mundo de algo insignificante. A veces necesitamos darnos una friega de humildad, enfrentarnos a problemas serios y reales, para darnos cuenta de lo afortunados que somos, y de lo poco que merece la pena que perdamos tiempo con algunas tonterías, y sobre todo, con algunas personas. Disfruta de las cosas, personas, de tu alrededor que le dan algún tipo de sentido a tu vida y huye del resto.
3. Morir no da miedo
La muerte forma parte de nosotros aunque lo haga de un modo casi subconsciente en el colectivo general. Así que sin darnos cuenta, llevamos aceptándose desde que tomamos consciencia de nosotros mismos. Quizás esta es la lección más significativa y es que Ric Elias asegura que no tuvo miedo de morir, que lo único que sintió antes de que el avión se estrellase fue una inmensa tristeza. ¿Por qué? Porque amaba su vida, adoraba vivir y decir adiós a algo o alguien a quien deseas es triste, muy triste. Por eso debemos pasar el mayor tiempo posible con aquellos que queremos, pero sobre todo, debemos aprender a valorar y saborear la vida con todos sus colores, con sus claros y oscuros. Creer en nosotros mismos y apostar por quien realmente queremos ser.
¿Cambiarías de algún modo si te dieras cuenta de que no ibas a vivir para siempre? ¿Qué harías? ¿Cómo cambiarías vuestras relaciones y la energía negativa que desprendes de ellas? Y más importante, ¿estás siendo la mejor persona que puedes ser?
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